Cumpliendo con
su rito anual, “Babelia” publica hoy su lista de los que considera los mejores
libros de 2014. Y, con la audacia que me caracteriza, procedo a opinar sobre
ella dejando bien clara una cosa: no me he leído ni uno solo de los libros que
han sido elegidos como el top ten de
lo publicado en España en el año que agoniza. Si eso no es desparpajo, no sé qué
puede serlo…
Para empezar,
una obviedad: todas las listas son discutibles. Ya, ya, pero es que ésta (cómo
decirlo) ha desencadenado en mí una furia que no recordaba desde mi fugaz
experiencia como delantero centro en el equipo del colegio. Repito: no me he
leído los libros (creo que hay que dejarlos aposentar con el tiempo: no son
pocos los reseñados en años anteriores que se han desvanecido sin dejar
huella), pero hay un dato que salta a la cara del lector, por poco suspicaz que
sea: de los diez libros seleccionados, siete han sido escritos por españoles:
cuatro novelas (Javier Marías, Javier Cercas, Luis Landero y Antonio Muñoz
Molina), una biografía (de Ortega y Gasset), una miscelánea autobiográfica (de
Juan Ramón Jiménez) y (¡esto ya sí que es el colmo!)… ¡el diccionario de la
RAE! No digáis que no dan ganas de gritar: ¡Gooooool de Iniesta!, o ¡A mí la
legión! Ah, no quiero ni pensar en el vitriólico post que ahora mismo tiene que
estar escribiendo la sargento Margaret (del blog “Patrulla de Salvación”), y
más si tenemos en cuenta que de esos siete libros, cuatro (no uno, ni dos:
¡cuatro!) han salido de la pluma de colaboradores habituales del periódico. Cuando
estuve viviendo en París y leía Le Monde
(ah, qué tiempos aquellos) me encantó saber que, en su suplemento cultural,
JAMÁS se comentaban los libros escritos por los miembros y colaboradores del
periódico. A ver si nos enteramos: corrupción no es solo recalificar bosques y
sacarse una pasta por ello, o desviar dinero público a jacuzzis privados: también
lo es enterrar todo atisbo de imparcialidad y dejarse llevar por el amiguismo y
las componendas. Y una cosa que quede bien clara: esta crítica nada tiene que
ver con la calidad de los libros en cuestión, ya he dicho varias veces que no
los he leído, y estoy casi seguro que (por ejemplo) el de Cercas será magnífico,
y no tardaré en comprarme la biografía de Ortega. Pero (y quien escribe esto
lleva coleccionando el “Babelia” desde su primer número) se me antoja una
tomadura de pelo este cambalache digno de Bárcenas y su despido en
diferido.
Uf. Qué cabreo
he cogido, perdonadme, este carácter de fuego me va a traer un día un disgusto.
En fin: mucho menos pretencioso, pero incomparablemente más honesto, este blog
va a seleccionar aquellos libros cuya lectura, en 2014, más placer me han
proporcionado y gracias a los cuales quizás soy algo menos ignorante.
LA LIEBRE CON LOS OJOS DE ÁMBAR (2010) Edmund
de Waal (Ed. Acantilado): literatura de microscopio, párrafos para ser
acariciados, prosa de orfebrería.
UN DÍA EN LA VIDA DE IVAN DENISOVICH (1962)
Alexandr Soljenitsin (No me acuerdo de la editorial): un libro de una
valentía suicida, escrito con admirable limpieza y sin recurrir a la
truculencia.
EL TEATRO DE SABBATH (1995) Philip Roth (Ed. Alfaguara): el más salvaje de los novelistas actuales. Amantes de lo políticamente correcto, abstenerse.
EL TEATRO DE SABBATH (1995) Philip Roth (Ed. Alfaguara): el más salvaje de los novelistas actuales. Amantes de lo políticamente correcto, abstenerse.
NO FICCIÓN:
AQUELLOS AÑOS DEL BOOM (2014) Xavi Ayén (Ed. RBA): de cuando Barcelona era la capital mundial de la novela en español. Ah, y además trae una explicación más o menos convincente de la pelea entre Gabo y Vargas Llosa.
LA MANO AZUL. LA GENERACIÓN BEAT EN LA
INDIA (2008) Deborah Baker (Ed. Fórcola): Allen Ginsberg se lía la manta a
la cabeza y se va a la India, con lo que el choque de trenes está asegurado.
MITOS, VIAJES, HÉROES (1981) Carlos
García Gual (Ed. Taurus): Una inteligente (y accesible) puerta de entrada al
complejo mundo de la mitología griega.
MEMORIAS Y DIARIOS:
DIETARIO VOLUBLE (2008) Enrique Vila-Matas (Ed. Anagrama): hay vida fuera de la biblioteca, pero a EVM no le interesa.
UN SÍ MENOR Y UN NO MAYOR (1956) George Grosz (Ed. Mario Muchnik): el más mordaz de los pintores expresionistas alemanes tuvo una vida apasionante, y la cuenta a brochazos.
EL PESO DE LA PAJA. EL CINE DE LOS SÁBADOS
(1990) Terenci Moix (Ed. Círculo de Lectores): un monumental ego puede
convertir una infancia y adolescencia sin relieve en una maravillosa (y
desgarradora) obra de arte.
Totalmente de acuerdo, vaya unos caraduras los del País. Para mí, el mejor libro del año Nos vemos allá arriba, muy bueno.
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